Los Fuegos Fatuos -Mitología y/o ciencia

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Qué es el fuego fatuo

El fuego fatuo es un fenómeno de luminiscencia que puede observarse en la noche en lugares abiertos.El fuego fatuo es un ser malvado, de naturaleza óptica, que habita en pantanos y marismas.

Su apariencia es la de una bola de luz con un débil brillo, por lo que pueden ser confundidos fácilmente con alguna fuente de iluminación. Los fuegos fatuos pueden cambiar su forma y color a voluntad.

Son seres de ágil vuelo que pueden flotar, inmóviles, en la misma posición, el tiempo que necesiten. También pueden moverse tan rápidamente como un rayo de luz.

Los fuegos fatuos miden cerca de un metro y poseen una inteligencia excepcional. Rara vez luchan cuerpo a cuerpo ya que prefieren engañar a sus víctimas y atraerlas hacia pantanos. Si luchan cuerpo a cuerpo su luz se vuelve azul, verde o violeta. Usan una poderosa carga eléctrica para combatir a sus víctimas.

Tienen un sistema de comunicación basado en la intensidad de la luz; emiten destellos de distinta intensidad tan sutiles que sólo pueden ser percibidos por otros fuegos fatuos. Para comunicarse con los demás seres vibran tan rápidamente que consiguen emitir sonidos fantasmales.

Se alimentan de la energía que desprenden los cerebros de sus víctimas al verse presas de la muerte. Conducen a sus víctimas hasta pantanos y zonas de arenas movedizas para hacer más larga y aterradora su muerte.

Los fuegos fatuos presentan bastante resistencia a la magia y sólo algunos conjuros consiguen afectarles.

El fuego fatuo en la historia

Para las culturas gaélica y eslava, el fuego fatuo es la manifestación de espíritus malignos de muertos u otros seres sobrenaturales, que tratan de desviar a los viajeros de su camino, alejándose a medida que el viajero se acerca.

También se les ha atribuido la naturaleza de espíritus de niños que nacieron muertos o murieron poco después de nacer, y que no llegaron a bautizarse y que deambulan entre el cielo y el infierno.

Supersticiones modernas, los relacionan con la salamandra, un espíritu independiente de la humanidad. Pueden también asimilarse a la descripción de ciertos tipos de hada, que pueden haber tenido o no, un pasado humano.

Distintas Creencias en los Cinco Continentes

Los fuegos fatuos son considerados por muchas culturas como seres espectrales y se piensa que son las almas de los muertos, por eso aparecen principalmente en cementerios y zonas pantanosas, en otras se afirma que marcan en lugar donde hay tesoros escondidos e incluso en determinadas partes del mundo se les considera síntoma de buen augurio. He aquí algunas de las leyendas más importantes de cada continente sobre estas misteriosas luces nocturnas. hay tesoros escondidos e incluso en determinadas partes del mundo se les considera síntoma de buen augurio.

América del Norte

En Estados Unidos de América, según nos cuenta algún antropólogo , los indios norteamericanos tenían leyendas sobre espíritus que se manifestaban como llamas azules que danzaban similares a los fuegos fatuos.

Latinoamérica

En Perú, los nativos de los Andes creen que las luces verdosas y blanquecinas indican los lugares en que los conquistadores como Francisco Pizarro y sus tropas enterraron el tesoro de Atahualpa. Le llaman “la luz del dinero”.

Similar es el caso de México, ya que allí se habla de las “luces del dinero” o “luces del tesoro”. Algunas de esas luces se vinculan a relatos de la Revolución Mexicana: así, en Cuatrociénagas (lugar en que se ahogó el lugarteniente de Villa, el General Fierro) se cree que de noche aparece una luz que señala el lugar en que está el oro que el general llevaba guardado y que perdió al caer con su caballo.

Por otra parte, en ciertas regiones de México se habla de “las brujas”, las cuales se cree que se manifiestan como luces que, en días de gran turbulencia, se aparecen sobre cerros y montañas.

En Colombia se habla de un “automóvil” que deambula por carreteras poco transitadas, siendo que en Ocaña aquello se conoce como el “Carro Fantasma de Carlos Bombita”, el cual supuestamente se ha visto en el camino que conduce a Pueblo Nuevo. También en Colombia, dentro así mismo de Ocaña, hay una variante de la leyenda de la Llorona, variante que se conoce como “La Luz Corredora” y cuyos fantasmales ojos serían parejas de fuegos fatuos que a veces se ven por la noche.

En cuanto a Venezuela, hay ciertas zonas rurales en que sobrevive una leyenda según la cual los fuegos fatuos son los espíritus en pena del conquistador español Lope de Aguirre y de sus hombres.

Europa

A  nivel general pero sobre todo en la cultura popular gaélica y eslava, se cree que los fuegos fatuos son espíritus malignos o seres sobrenaturales que intentan que los viajeros les sigan al interior del bosque para conseguir que se pierdan.

En Hungría se habla del “lidérc” y es un símbolo de buen augurio, se cree que bendice y da buena salud a quien lo ve.

En Inglaterra aparece en diversas leyendas populares, siendo en muchas de ellas un ente malicioso. También, aunque dentro de otras leyendas, los fuegos fatuos aparecen como guardianes de tesoros.

En España hay mucho folclore en torno a los fuegos fatuos. Por ejemplo, en el País Vasco se habla de un tipo de hada que se transforma en bola de luz, a tal tipo de hada se le llama “Mari”.

En Italia se habla de los “Cules”, los cuales son luces de las provincias de Tronio, Cuneo y Novara. En Bosco dell`Oro se cree en un tipo de guardían del tesoro, la llamada “luce vagante”, mismo ser que en Milán se conoce como “cagnolitt”. En el cementerio Trentino di Banano (en Modena) existe la creencia de un espíritu socarrón que arrastra un bastón terminado en bombilla (cuyo brillo vendría a ser el fuego fatuo).

En Alemania solo existe un área donde se ven luces misteriosas y esa área es el bosque de Briselanger, cerca de Berlín. Allí se las llama “luces locas” o, en alemán, “irrlichter”.

En Holanda, al igual que en Alemania, durante la Edad Media se creyó en las “luces del tesoro”, las cuales señalaban lugares de tesoros enterrados. En 1866, una epidemia de peste bobina fue adjudicada a la aparición de fuegos fatuos en el campo.

En Suecia se piensa que los fuegos fatuos son espíritus de niños no bautizados que intentan conducir a los hombres a lugares con agua, todo por el deseo de recibir el sacramento.

El folclore finlandés en cambio nos habla de “el flamígero” (“Omlatt”), un espíritu de niño que fue enterrado en el bosque y aparece entre la vegetación.

Asia

La más famosa de las luces fantasmas asiáticas es una luz que sale del fondo de un río, se queda un rato flotando a diez metros y después sale disparada hacia el cielo. Su lugar de aparición es el río Mekong en Tailandia, país que es el hogar de los Nagas, unos seres míticos que aparecen en octubre y son como llamas que vuelan sobre la superficie.

En Darjeelin, dentro de la India, se cree en los “Chota-admins”, un cierto tipo de duendes u hombrecillos que viven bajo tierra y usan linternas (las cuales vendrían a ser los fuegos fatuos).

Japón sin embargo es el país asiático en que más trascendencia han tenido los fuegos fatuos dentro de la cultura popular. Allí se habla del “hitodama”, término que significa “alma humana”. En efecto, los japoneses creen que las almas de los recién fallecidos adquieren el aspecto de una llama fantasmal que tiene tonos azulados o verdes
Dichos hitodamas se verían en el verano, sobre todo en cementerios y bosques sombríos. Ahora, algo que llama la atención es como los hitodamas se han expresado en la cultura popular actual a través de referencias y apariciones en mangas, animes, videojuegos y otras cosas. Por ejemplo, en Dragon Ball Z se ven muchos hitodamas cuando Goku cae en el infierno; en el videojuego Okami hay hitodamas flotando sobre lápidas en la noche;  en The Leyend of Zelda hay unos fantasmas llamados Poes que tienen forma de hitodama; en el anime y manga The Ghost Sweeper Mikami el hitodama es un aliado de Okinu, el protagonista; etc…

Oceanía

En Australia se habla de las “luces Min Min”, las cuales aparecerían en la Estación Alexandria (el rancho más grande del mundo) y supuestamente serían tan antiguas que se habrían visto desde antes de la llegada del hombre blanco. También se habla de la “Quinn`s Light”, una luz intensamente brillante con forma de águila. Según se cuenta aparece en el río Murrumbidgee, en New South Wales; y, al parecer, es más que una simple creencia popular pues ya bien entrado el siglo XX un granjero vendió su granja por el temor que le engendró haber visto dicha luz…

Explicaciones racionales y/o científicas.

Se atribuye a la inflamación de ciertas sustancias que se desprenden de la descomposición de materia orgánica, como fósforo, producidas por la putrefacción de vegetales o animales.

Un fuego fatuo es un fenómeno físico, producto de la inflamación de ciertas sustancias que se desprenden de la materia orgánica (vegetal y principalmente animal) en descomposición, en determinadas circunstancias. Estas sustancias son principalmente el fósforo, y no entran en combustión, sino que desprenden una luminiscencia que puede contemplarse en ausencia de luz. 

Una posible explicación para este hecho es la oxidación de la fosfina y los gases de metano, que se producen al descomponerse la materia orgánica, y que pueden producir un efecto de luminiscencia en el aire.

Experimentos realizados por científicos reprodujeron las luces, cuando se añadían sustancias químicas a los gases, pero sin que se diera ninguna clase de ignición.

Otras posturas sostienen que la fosforescencia natural de las sales de calcio, que se da en las osamentas, es el responsable de la luz.

Hay una teoría pseudocientífica que podría explicar satisfactoriamente el fenómeno. Donde se atribuye a tensiones tectónicas que calentarían las rocas piezoeléctricas (como el cuarzo), haciendo que desprendan su contenido de agua y producirían electricidad, que se conduciría por la columna de vapor hacia el aire. De ser cierta, entonces la mayoría de las luces deberían verse en sitios de tensión tectónica. Esta teoría permitiría explicar lo que las anteriores no, el movimiento errático de estas luces.


 

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