En las postremidades del siglo XVI unos zamoranos caritativos, doña Ana Osorio y don Juan de Carvajal, donaron su hacienda para la constitución de un convento de monjas Descalzas de la Regla de Santa Clara.
El Obispo de Zamora al recibir el encargo juzgó que las más adecuadas para esta obra serían las Descalzas de Gandía, y así se lo hizo saber a través de un emisario.
En Gandía reciben la noticia con júbilo y se ponen de camino para llevar a cabo la orden encomendada. Anduvieron por duros caminos durante semanas hasta que llegaron a Zamora, pero una crecida del Duero les impidió acceder a la ciudad por lo que se refugiaron unos días en el convento de los padres jerónimos.
Una vez establecidas en el nuevo convento, la comunidad con su madre priora sor Ana, al frente, añoraban la imagen de Nuestra Señora, en recuerdo a la habida en el convento de Gandía, por lo que todos los días rogaban a Dios que se les hiciera realidad su anhelo.
Pasó un tiempo hasta que una mañana dos peregrinos que venían de Compostela pidieron cobijo en el convento. Sin que pudiese ser de otra manera las monjas de muy buen agrado les dieron hospedaje durante unos días.
Llega el tiempo en el que los peregrinos tienen que emprender su camino pero, en agradecimiento a la hospitalidad recibida y conociendo el deseo de la comunidad, se comprometen a hacer una imagen de Nuestra Señora, pues eran escultores. Tan solo les piden una condición y es no ser molestados hasta que finalicen su trabajo.
Comienzan los forasteros su tarea y el pasar de las horas pone a la abadesa cada vez más nerviosa por ver terminada la imagen. De repente se dejan de oír ruidos, la abadesa no soportando más su curiosidad entra en el cuarto con el resto de las hermanas. Ante sus atónitos ojos apareció la impresionante imagen de la Virgen del Tránsito.
Al abrir la puerta, no hallaron ni rastro de los escultores. Se dice que eran dos ángeles y que a la imagen le faltan dos dedos de un pie, debido a que la curiosidad de sor Ana hizo que no les diera tiempo a concluir su obra.
Nuestra Señora del Tránsito se ha convertido, desde entonces, en la imagen más venerada de Zamora y ha salido de su clausura en los momentos en que la ciudad ha pasado por calamidades. Es la patrona de la Diócesis de Zamora.
Todas las leyendas desde mi punto de vista tienen una lección o moraleja.En este caso es la curiosidad humana inherente lo mismo al hombre que a la mujer sea cual sea su categoria social,nivel cultural independiente de sus creencias. En este caso la curiosidad humana impidió que se terminara de realizar la imagen de la Virgen. Cabe decir que otra lección que podemos extraer es que lo que tenga que ser sera independiente de que estemos todo el dia machacando o no sobre algo. En este caso tenia que pasar la construcción de la imagen y de la manera que fuera y de la manera que los aparecidos constructores se enteraron es lo de menos porque al final se hizo la imagen de la virgen
Cabe decir que no soy creyente y no analizo esto desde el punto de vista religioso ni entro a detallar si creo o no en los ángeles, milagros, etc solo doy mi vision que con tesón todo puede conseguirse. Ojo que para ello hay que luchar y pelear por nuestros sueños no vayamos a creer que las soluciones vienen del mas alla