Cada uno de nosotros ha vivido en diversos pueblos de la antigüedad, aprendiendo infinidad de cosas. Actualmente estamos conociendo lo que no hemos aprendido en otras vidas. Hay seres que han pasado por las vivencias que nosotros estamos experimentando, y que hoy se encuentran en planos superiores al nuestro, en niveles de evolución muy altos, pero que en vez de continuar ascendiendo, deciden ayudarnos. A estos seres se les conoce como Santos, Maestros, Mahatmas, Gurús, Buddhas, Derviches, Edjinas o Iluminados. No son personas extrañas; a muchos de Ellos los hemos conocido con otros nombres en diferentes religiones
La única religión verdadera no es el Cristianismo; el Judaísmo, el Hinduismo, el Islam y el Buddhismo también los son. La mayoría de los Maestros que han encarnado en esas religiones trabajan por la misma causa, que es prestar servicio a la humanidad, y no pertenecen a ninguna religión en específico, sino que alimentan espiritualmente y sostienen con su irradiación a las grandes religiones y a la totalidad de la humanidad; son completamente incluyentes, y trabajan día y noche por nuestro bienestar.
Ejercen todos ellos el poder Divino en todos los tiempos, porque están concentrados con una determinación inflexible en la gran Presencia Divina. Manifiestan la Perfección Divina y, de esta manera, todo Poder les pertenece.
Cuando Jesús dijo: «En verdad YO os digo, las obras que YO hago las haréis y mas grandes «, sabía de lo que hablaba.
Vino Él para demostrar que cada ser humano, en la Tierra, puede lograr y expresar la Maestría y Soberanía consciente. Dio el ejemplo de la Soberanía de los Maestros Ascendidos y probó a la humanidad que es posible para todos llamar al Yo Divino en acción y controlar así conscientemente todas las cosas humanas. El Yo Divino interior es, con relación al yo exterior, lo que Jesús representa con relación a la humanidad que hace sus experiencias en la Tierra. Él reveló el Registro del Maestro en el mundo exterior y Él es para siempre la prueba viva de que el ser humano es capaz de liberarse de todas las limitaciones y de expresar la divinidad de acuerdo con el Plan Original, porque, en el origen la humanidad vivía en la Libertad y la Armonía.
Los grandes Maestros Ascendidos, estos Seres de Amor, de Luz y de Perfección que han guiado la expansión de la Luz en la humanidad desde el origen de ésta en el planeta, no son un producto de la imaginación. Son seres reales, visibles y tangibles: gloriosos, vivos y animados con tal Amor, tal Sabiduría y tanto Poder como la mente humana no puede concebir.
Por doquier en el Universo, cumplen ellos libre y naturalmente todo lo que el hombre ordinario considera como sobrenatural. Son Ellos los guardianes de la raza; su tarea es la de educar y ayudar al ser individualizado a que desarrolle su consciencia más allá de la expresión de los humanos ordinarios.
Entra este así, de esta manera, en posesión de sus atributos supra-humanos y lo mismo que los estudiantes pasan de la instrucción primaria a los grados Universitarios, el discípulo de un Maestro Ascendido pasa del estado humano grosero a la plena y continua expresión de su Divinidad.
Un Maestro Ascendido es un individuo que por el propio esfuerzo consciente, ha generado suficiente Amor y Poder dentro de sí mismo para romper las cadenas de la limitación humana, y por consiguiente se encuentra libre y es merecedor de manejar fuerzas, más allá de la experiencia humana. Se identifica Él con la Omnipresencia Divina, la Vida. Todas las fuerzas y todas las cosas obedecen, porque Él es un Ser dotado de libre arbitrio y consciente del Yo Divino, controlando todo por la manipulación de su Luz interior
Un Maestro Ascendido es capaz de ayudar a los que vienen a ponerse bajo su dirección, por la Radiación o la Efusión de esta Luz que es verdaderamente su propia «Esencia luminosa de Amor Divino». Cuando tal Radiación se dirige a un discípulo, los cuerpos sutiles de éste sobre todo los cuerpos de deseo, mental y causal, absorben la Esencia Luminosa del Maestro y la Luz de estos cuerpos se intensifican y brillan con mayor fuerza, como una chispa que se transforma en una Llama. Esta Esencia Luminosa es la más concentrada fuerza del Universo, porque disuelve toda discordia y establece un equilibrio perfecto en toda manifestación.
. Es a través de la Radiación o emanación de Su pura y Luminosa Esencia de Amor Divino, que un Maestro Ascendido es capaz de ayudar a los que están bajo Su cuidado y dirección. Esta Esencia Luminosa tiene dentro de sí la mayor fuerza del Universo, puesto que disuelve toda la discordia, y restablece el Perfecto Equilibrio en todas las manifestaciones. La Radiación que derraman sobre la humanidad es energía que primeramente extraen, luego dotan con cualidades y finalmente envían para obtener un resultado definido. De esta manera dan Protección incontablemente a personas, lugares, condiciones y cosas, pero la humanidad no se percata de nada.
Estos Seres gloriosos, guardianes e instructores de las razas humanas en evolución, son llamados Maestros Ascendidos de Amor, de Luz y de Perfección. Incontestablemente son todo lo que la palabra «Maestro» sugiere. Manifiestan Ellos, por el Amor, la Sabiduría y el Poder del Yo Divino interior en Acción, su Maestría de todo lo que es humano. Por este hecho, hicieron la Ascensión al plano de expresión por encima de lo humano Divino, la pura, eterna, todopoderosa Perfección.
Habiéndose liberado los Maestros Ascendidos de las limitaciones humanas por una efusión de Luz flamígera y, por la actividad de la Ley, son impenetrables a todo pensamiento humano discordante. Si los seres humanos pudiésemos ver nuestros pensamientos, sentimientos y palabras por doquier en la atmósfera, en el éter, aglomerándonos con los que nos son semejantes, después volviendo a cada uno de nosotros como emisor, no solamente quedaríamos estupefactos de la creación, sino que gritaríamos pidiendo socorro y, a fin de disolver tales creaciones nos volveríamos con determinación hacia la propia Divinidad y en Ella nos refugiaríamos.
Pensamientos y sentimientos son cosas vivas y vibrantes. El que sabe esto empleará su sabiduría y se controlará en consecuencia.
Cuando los que estudian la Vida y las Leyes del Universo de una manera más profunda que el resto de la Humanidad se hacen conscientes de la existencia de los Maestros Ascendidos desean ir hacia estos grandes Seres a fin de obtener Instrucción de Ellos.
El alma es la que aspira a más Luz: pero el yo externo no realiza en manera alguna sus relaciones con estos grandes Seres completamente divinizados. Un estudiante sincero, convencido y determinado, puede tener contacto con uno de estos Maestros Ascendidos. Si el motivo por el que este contacto se busca es la curiosidad o el deseo de asegurarse de si existen o no los Maestros Ascendidos o para obtener la solución de un problema, el contacto jamás se hará porque ellos, los Maestros, de ninguna manera se interesan en dar satisfacción al lado humano del estudiante. Todos sus esfuerzos conciernen a la expansión del Yo Divino interno, a fin de que su poder se intensifique hasta el punto de romper las limitaciones del yo externo que traban sus manifestaciones en los planos mental, emocional y físico, es decir, en pensamiento, sentimiento y acción.
Las debilidades y limitaciones hacen el vehículo impropio para ser un instrumento adecuado para la expresión del gran Yo Divino interno. El cuerpo humano con sus facultades es el “Templo de la Energía Divina» que la gran Presencia divina produce a fin de emplearlo para la manifestación del Plan Divino. Si la Energía Divina se derrocha para la satisfacción incontrolada de los apetitos y de los deseos del yo externo y si a la Presencia Interior no se le pone en posesión de su vehículo, entonces Ella se retira, privando al yo externo del poder de manipular; la mente y el cuerpo entran en decrepitud, después se disuelven. Es el estado que el mundo llama muerte.
El que busca el contacto con un Maestro Ascendido en el cuerpo visible tangible y vivo, sin haber pasado por una preparación que ponga en concordancia gradualmente su estructura externa y su mente con la del Maestro, es como buscar aprender a correr antes que a andar.
Ellos ejercen tal Poder y pueden manipular tal concentración de fuerza que asombra la imaginación de la gente en el mundo exterior. Los Maestros Ascendidos son realmente grandes baterías de tremenda Energía y Potencia. Cualquier cosa que toque su Radiación se carga intensamente con su Esencia de Luz, así como una aguja en contacto con un imán adquiere sus cualidades convirtiéndose en imán también. Toda Su ayuda y Radiación constituye para siempre un regalo gratuito de Amor. Por esta razón Ellos nunca emplean Su Poder para obligar.
La Ley del Amor, la Ley del Universo y la Ley de los seres individualizados no permiten a los Maestros tratar el ejercicio del libre albedrio de las individualidades, salvo en los períodos de Actividad Cósmica, cuando el Ciclo Cósmico suplanta al individuo. En estas épocas es cuando los Maestros Ascendidos pueden dar más asistencia de la habitual.
La Tierra se encuentra ahora en uno de estos ciclos y se da actualmente la más intensa Radiación de Luz que se haya conocido hasta el presente, a fin de clarificar a la humanidad, de restablecer el Orden y el Amor indispensables para el mantenimiento de nuestro planeta y del sistema de mundos a los que pertenecemos.
Todo lo que no se conforma o no quiere conformarse con el Orden, el equilibrio y la Paz que en la Vida de la Tierra deben expresarse en el porvenir deberá encontrar cualquier otra parte del Universo para allí adquirir la comprensión de la Ley. Sólo hay un pasaporte que da acceso a la Presencia de los grandes Seres: bastante amor dado al Yo Divino y a los Maestros, unido a la determinación de desarraigar de la naturaleza humana toda discordia y todo egoísmo.
Cuando se está suficientemente determinado para servir exclusivamente a la manifestación del Plan de Vida constructivo, se disciplina la naturaleza humana incluso si la tarea es ardua. Entonces, automáticamente, será atraída hacia el estudiante la atención de un Maestro Ascendido, y el Maestro, viendo sus esfuerzos, radiará hacia él el valor, la fuerza y el Amor que le sostendrán hasta que llegue a mantener el sentimiento del contacto permanente con su propia Divinidad interior.
El Maestro Ascendido sabe y ve todo lo que concierne al estudiante, porque Él lee claramente el registro hecho en el aura. Revela éste el desarrollo del discípulo; sus puntos fuertes como sus debilidades. El Maestro Ascendido es la Omnisciencia y la Visión Divinas; nada le está escondido.
El que tiene la ambición de estar en la Presencia visible y tangible del Maestro Ascendido debe comprender que, a menos que se transforme en un sol radiante de Amor, de Luz y de Perfección que el Maestro pueda intensificar y emplear como una parte de sí mismo y dirigir a voluntad y conscientemente no importa donde, de ninguna utilidad será y constituirá una traba y una pérdida de energía para el Maestro.
Si el estudiante no ha disciplinado ya el yo externo, o no está dispuesto a hacerlo, habiendo adquirido la calma mental, sentimientos afables y amorosos y un cuerpo robusto, no constituye una materia que un Maestro Ascendido puede emplear en el Servicio sobre humano que Él cumple.
La actitud del que desea colaborar conscientemente con los Maestros Ascendidos no debe ser: «Quisiera ir a Ellos para recibir instrucción», sino más bien: «Quisiera purificarme, disciplinarme y perfeccionarme; llegar a ser tal expresión de Amor, Sabiduría y Poder para que pueda asistirles y, entonces, seré atraído por Ellos. Quiero amar con tanta constancia, tan infinita y tan divinamente, que el resplandor de mi Luz les permita aceptarme».
Los Maestros son los Observadores de la raza humana, y así como en el mundo exterior de la educación hay varios grados de instrucción para guiar el desarrollo del crecimiento del individuo, desde su niñez hasta su madurez; así también los Maestros Ascendidos de la Perfección existen para educar y ayudar al individuo a ampliar su consciencia más allá de la expresión ordinaria humana. De esta forma, el individuo desarrolla sus atributos sobrehumanos.
La asociación personal con uno o más de los Maestros Ascendidos produce un intenso sentimiento de Amor y Gratitud que no puede explicarse con palabras. Los Maestros Ascendidos han entregado cuidadosamente a la humanidad de la Tierra la comprensión de cómo cada individuo puede cooperar y ganar su Libertad final, y lograr el propósito original de la encarnación. Precepto tras precepto, los Maestros han construido un magnífico y cohesivo entendimiento de la Verdadera Identidad. Además han mostrado y delineado el Sendero con claridad. Sin embargo, corresponde a la humanidad encarnada adentrarse en este Sendero, aunque hasta ahora apenas se ha aventurado en los aspectos más elementales de las Enseñanzas.
Jerarquía Espiritual
Así como nosotros tenemos un gobierno, por principio de Correspondencia, los Maestros también, y se llama la Jerarquía Espiritual.
Su labor cubre todos los renglones de vida y actividad del planeta Tierra: los gobiernos, la educación, la economía, el arte, la ciencia y las religiones. En la Jerarquía Espiritual se cuentan desde los seres más antiguos hasta los santos de nuestros días, como pueden ser: Krishna, Buddha, Jesús, Mahoma, Saint Germain; y santos como: San Francisco, San Pablo, San Juan y Santo Tomas El Moro.
En próximas entradas hablare de los principales Maestros Ascendidos y de otros conceptos que ayuden a entender esta filosofía teosófica o metafísica.
Nota:Mucha de la información de esta entrada esta sacada del blog de la Hermandad Blanca.